martes, 11 de mayo de 2010

UN PAIS MARAVILLOSO DE MENTIRAS

Después de cuatro años por primera vez la Central Obrera Boliviana rompió el idilio con el gobierno, por lo menos son las primeras escaramuzas, que hacen avizorar meses tormentosos al gobierno de Evo Morales, pues si a eso se suma los conflictos de Caranavi, todos en Bolivia comienzan a mirar un futuro lleno de problemas y que ya los discursos anticapitalistas comienzan a desmoronarse.
Hasta hace unas semanas, Evo Morales venia insistiendo en que Bolivia era un país de maravillas, que la inflación era la menor de América del Sur, que las reservas internacionales venían creciendo sostenidamente, que la nacionalización de los hidrocarburos daba mas plata que antes, que las políticas sociales basada en bonos reparaba los daños de 500 años burgueses.
Pero, ese país de maravillas se quebró cual frágil cristal, ante la tonta decisión del gobierno de revelar su realidad económica a través de un anuncio que el aumento salarial no puede ser mayor al 5%. Entonces los obreros reaccionan y se preguntan “Si estamos en un país de maravillas con una macroeconomía en positivo, porque los obreros no podemos disfrutar de esas mieles?”
Si a la posición dura del gobierno boliviano se suma la rara decisión de la Asamblea nacional, dominado absolutamente por el oficialismo, de incrementarse las dietas de 1500 dólares a 2000 dólares mensuales que significa un incremento del 33%, entonces los obreros no lo aguantan. Entonces también otro como los maestros comienzan a cuestionar “Si no hay plata para los obreros, porque el presidente Evo se quiere comprar dos aviones presidenciales de lujo que valen más de 100 millones de dólares”, “Para que nos sirve satélites, con obreros que no tienen lo suficiente para llevar al hogar”, “Porqué si estamos tan pobres y no hay plata para obreros, se está pensando en la posibilidad en comprar misiles?”
Entonces las bases de la COB reaccionan y piden que renuncie su máximo dirigente Pedro Montes “por traidor”. El gobierno se juega y les promete que bajaran la edad de jubilación de 65 a 58 años y que la administración de los recursos para las pensiones serian administrados por los propios obreros.
Los dirigentes de la COB se alegran, pero las bases reaccionan airadas. Ellos quieren mejores sueldos, no promesas de jubilaciones que han sido eternos trámites burocráticos. La COB se divide y se debilita y el gobierno también, pues ahora sus fuertes “organizaciones sociales” comienza a rebelarse.
Este país de maravillas de Evo Morales, había estado maravillosamente a oscuras.
Bolivia ha bajado su producción de hidrocarburos, los inversionistas se van, baja la producción agropecuaria, aumenta el contrabando, la corrupción crece, el comercio de drogas se incrementa alarmantemente…

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